Espectacular, para volver
Maravilloso hotel situado a escasos metros de la Seu d'Urgell. Un pequeño paraíso para desconectar del estrés de la gran ciudad. El tiempo se para. Destacaría el gran trato de su personal, tanto del hotel como de su restaurante. Todo cuidado al detalle, no falta absolutamente nada. Espectaculares vistas desde el restaurante en el cual se desayuna (maravilloso desayuno por cierto!). La zona wellness es inmejorable, destaco su jacuzzi con vistas a las montañas. Y el castillo es precioso. Volveremos sin ningún tipo de dudas. Lo recomiendo al 100%. Una experiencia única e inolvidable. Si podéis reservar una habitación con terraza tendréis un gran despertar. No se le puede poner ninguna pega.
Laia